Una máxima de la democracia es que la soberanía nacional recae en el pueblo, es el pueblo quien decide, democráticamente, el destino del país, dando su confianza a aquellos dirigentes que guiarán el curso social, político y económico hacia intereses generales.
En Honduras el ejército ha decidido guiar al país, destituyendo a un presidente democrático por la fuerza, haciéndose con la soberanía e impidiendo el acceso a la información a los Hondureños, que han salido a la calle a enfrentarse con aquellos que les quieren controlar y dominar.
Desde aquí, quiero mostrar mi solidaridad con todos los Hondureños que desde España miran hacia su patria con preocupación y, por su puesto a los que están frente a las armas y los tanques a cara descubierta exigiendo al ejército que sean las urnas quienes decidan.
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