miércoles, 2 de febrero de 2011

NO LO QUIERO SABER

Hoy, desde las redes sociales y en la edición digital de los periódicos podía enterarme del acuerdo alcanzado por los Agentes Sociales con el Gobierno en materia de pensiones. Pero no quiero. Me niego a enterarme.
No quiero saber que finalmente nos podremos jubilar a los 65 años si trabajamos no se cuantos centenares de años. No quiero saber que para el cálculo de mi pensión, finalmente, no se tendrán en cuenta los años en los que tuve contrato de aprendiz. No quiero saber que se va a fomentar el empleo a tiempo parcial, ahorrando a las empresas las cuotas a la Seguridad Social (pues no decían que se hundía, como sigan sin pagar, se hunde fijo). No quiero que nadie me hable de que se ha recuperado la Paz Social, creo que, definitivamente, la Paz Social se ha roto.
Estoy cabreado, muy cabreado, pero no desde hoy, estoy cabreado desde que este gobierno decidió meter mano a los trabajadores para tener contentos a los especuladores.
No quiero volver a saber nada de la negociación de los Sindicatos hasta que esa negociación pase por que los trabajadores recuperemos lo que hemos perdido en el último año. No quiero saber nada de movilizaciones hasta que no sea la de una generación que se moviliza para exigir que la democracia vuelva a manos del pueblo.
Estoy harto de una democracia de pandereta, en la que la única voz que se oye es la del capitalismo, en la que el ciudadano sólo participa en la vida política cada cuatro años cuando va a votar, y en la que vale más el voto de un catalán o un vasco que el de un andaluz o extremeño. Estoy harto de que no podamos elegir a nuestros representantes (¿cuántos votantes del PSOE votaron a Ángeles González Sinde?). Harto, en definitiva, de vivir en una dictadura encubierta, donde los ciudadanos viven con el agua al cuello, donde los jóvenes se vuelven a vivir con sus padres, donde se dilapida el estado del bienestar mientras los bancos dan unas cifras espectaculares de beneficios.
Mañana volveré a leer titulares, volveré a ver comentarios, columnas de opinión, y esperaré ansioso el día en que los titulares estén cargados de optimismo, las columnas de opinión hablen de Democracia, con mayúsculas, y los españoles llevemos las riendas de nuestro futuro, sin el yugo del capitalismo.

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