jueves, 5 de mayo de 2011

LARGOS TENTÁCULOS TIENE LA DERECHA


Hace unos días, me llegó un e-mail de esos que vienen con una lista de correos enorme, reenviado 100 veces que transcribo aquí abajo:

SER DE IZQUIERDA O DE DERECHA

Una universitaria cursaba el último año de sus estudios en la Facultad.

Como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba que era de izquierda y, como tal, estaba a favor de la distribución de la riqueza.

Tenía vergüenza de su padre. Él era de derecha y estaba en contra de los programas socialistas.


La mayoría de sus profesores le habían asegurado que la de su padre era una filosofía equivocada. Un día ella decidió enfrentarse a su padre. Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.

En eso, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó:
-¿Cómo van tus estudios universitarios?

-Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-. Tengo promedio 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, no salgo, no tengo novio y duermo cinco horas al día, pero, por eso este año termino mis estudios.

Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Soledad , ¿cómo le va?

La hija respondió muy segura: -Bastante mal, Sole saca suspensos, pero ella se va a bailar, pasea, fiesta que hay está presente, no estudia, y falta bastante... no creo que termine la carrera.

El padre, mirándola a los ojos, le respondió: -Entonces habla con tus profesores y les pides que le transfieran 2,5 de los 9 puntos tuyos a ella. Esta sería una buena y equitativa distribución de notas porque así las dos tendrían 6,50 y aprobarían las materias.

Indignada, ella le respondió: -¡Estás tonto? ¡Me dejo el alma para sacar sobresalientes! ¡Te parece justo que todo mi esfuerzo le pasen a una jeta, vaga! Aunque la persona con quien tengo que compartir mi sacrificio sea mi mejor amiga... ¡¡No pienso regalarle mi trabajo!!

Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo: -¡Bienvenida a la derecha!

Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno.

Esto, además de una ofensa directa a los que nos declaramos de izquierdas, es una mentira como un castillo.

Para empezar, supongamos que la tal Sole, efectivamente, es una jeta, una vaga. Seguramente su acceso al mercado laboral, si de verdad se premia el esfuerzo y el trabajo, se verá condicionado por los excesos que está cometiendo. Si todo va como debe ir, y a Sole no le enchufa su padre en una multinacional, nuestra protagonista llegará más lejos y ganará más que Sole. Pero Sole y ella algún día tendrán hijos, y como ellas, lo justo es que todos estén en igualdad de condiciones para competir. Eso es socialismo, la eliminación de las clases a la hora de estudiar, de competir, a la hora de tener oportunidades.

Detrás de éste cuento hay algo más, quien lo ha escrito ha sacado del contexto, adrede, la idea del socialismo. El reparto de la riqueza no significa darle a otro lo que es mío, es que un maestro, un arquitecto, un médico y un ingeniero ganen lo mismo. No es justo que una política especulativa, sin escrúpulos, le quite a los que se dedican a labores o profesiones sociales para dárselo a quienes se dedican a labores o profesiones especulativas.

Este no es el primer e-mail (ni será el último) de éstas características que recibo. Lo que estamos viviendo es un ataque del liberalismo, del fascismo al estado del bienestar. Tal vez por una falta de valores, tal vez porque los de izquierdas recibimos ese e-mail y nos callamos (o lo que es peor, nos hace gracia y lo reenviamos como quien reenvía un power-point con fotos de Cuenca), o, simplemente porque la derecha se ha terminado de quitar la careta, y está soltando todos sus tentáculos, el caso es que de seguir así, la izquierda terminará desapareciendo del mapa, las diferencias sociales serán cada vez mayores, y a lo mejor, la protagonista de nuestra historia, que no parece que sea de ninguna familia de la nobleza, sino más bien hija de un asalariado, acabará por darse cuenta de que su padre no era más que eso, un asalariado más a los que el capitalismo les ha engañado haciéndoles esclavos de su hipoteca, de sus créditos, pero entonces, ya será demasiado tarde.

miércoles, 2 de febrero de 2011

NO LO QUIERO SABER

Hoy, desde las redes sociales y en la edición digital de los periódicos podía enterarme del acuerdo alcanzado por los Agentes Sociales con el Gobierno en materia de pensiones. Pero no quiero. Me niego a enterarme.
No quiero saber que finalmente nos podremos jubilar a los 65 años si trabajamos no se cuantos centenares de años. No quiero saber que para el cálculo de mi pensión, finalmente, no se tendrán en cuenta los años en los que tuve contrato de aprendiz. No quiero saber que se va a fomentar el empleo a tiempo parcial, ahorrando a las empresas las cuotas a la Seguridad Social (pues no decían que se hundía, como sigan sin pagar, se hunde fijo). No quiero que nadie me hable de que se ha recuperado la Paz Social, creo que, definitivamente, la Paz Social se ha roto.
Estoy cabreado, muy cabreado, pero no desde hoy, estoy cabreado desde que este gobierno decidió meter mano a los trabajadores para tener contentos a los especuladores.
No quiero volver a saber nada de la negociación de los Sindicatos hasta que esa negociación pase por que los trabajadores recuperemos lo que hemos perdido en el último año. No quiero saber nada de movilizaciones hasta que no sea la de una generación que se moviliza para exigir que la democracia vuelva a manos del pueblo.
Estoy harto de una democracia de pandereta, en la que la única voz que se oye es la del capitalismo, en la que el ciudadano sólo participa en la vida política cada cuatro años cuando va a votar, y en la que vale más el voto de un catalán o un vasco que el de un andaluz o extremeño. Estoy harto de que no podamos elegir a nuestros representantes (¿cuántos votantes del PSOE votaron a Ángeles González Sinde?). Harto, en definitiva, de vivir en una dictadura encubierta, donde los ciudadanos viven con el agua al cuello, donde los jóvenes se vuelven a vivir con sus padres, donde se dilapida el estado del bienestar mientras los bancos dan unas cifras espectaculares de beneficios.
Mañana volveré a leer titulares, volveré a ver comentarios, columnas de opinión, y esperaré ansioso el día en que los titulares estén cargados de optimismo, las columnas de opinión hablen de Democracia, con mayúsculas, y los españoles llevemos las riendas de nuestro futuro, sin el yugo del capitalismo.

viernes, 7 de enero de 2011

UN VAGO, DOS VAGOS, TRES VAGOS...



Así era el título de un libro de El Gran Wyoming que cayó en mis manos hace algunos años. En él y con un gran sentido del humor, el hoy presentador de El Intermedio hacía un recorrido por aquellas profesiones que, según él, son ideales para vagos. Aparecían, entre otras, la figura del Socorrista de piscinas o la del Vigilante de Seguridad. Si el Gran Wyoming hace una adaptación de su libro a la actualidad, podrá añadir una nueva categoría: Líder de la Oposición.




Y es que el Sr. Rajoy no hace absolutamente nada, se ha sentado a rascarse la barriga, no hay propuestas, no hay ideas, no hay siquiera oposición, pues el PP ha votado a favor de la reforma de las Pensiones, sin objetar ni un puntito. Bueno, si, han salido en los medios diciendo que Zapatero está hundiendo España, pero es que es lo que llevan diciendo 6 años. No han aportado enmiendas, ni totales ni parciales, no han salido a explicar a la ciudadanía lo que pierden con las iniciativas del gobierno, nada. Los que se dedican a Socorristas de Piscinas o Vigilante de Seguridad, cobran por que no tengan que socorrer o intervenir. El Sr. Rajoy se limita a esperar que la crisis acabe con Zapatero y le ponga a él, o sea, no sirve de nada.


¿Y qué hará cuando llegue al gobierno?, pues ofrecerle a Wyoming una nueva categoría, porque si Zapatero baja las pensiones, privatiza los servicios públicos, y flexibiliza (o mejor dicho, jode) el mercado laboral, pues se sentará otros cuatro años a rascarse la barriga. O pondrá la educación al servicio de la Iglesia, pondrá los ayuntamientos al servicio de los terratenientes y volveremos definitivamente al S. XIX.

A ver si al menos, cuando se jubile hace como hizo Anguita y renuncia a su pensión de diputado y se queda con la de Registrador de la Propiedad, así no hace gasto público, ese que tanta grima le da, o mejor, que renuncie a todas las pensiones y se quede solo con lo de su plan privado, así va dando ejemplo a los suyos.