Los españoles estamos llamados a las urnas el próximo 7 de Junio para elegir a nuestros representantes en el parlamento europeo. Muchos de nosotros buscaremos alguna excusa para no ir a votar, si cuesta ir a las municipales, que te coge de cerca, figúrate tú las europeas ¡con lo lejos que está eso!, y para lo poco que sirve.
Ésa imagen de Europa, mejor dicho del parlamento, debe cambiar, aunque no lo parezca, en el parlamento europeo se deciden muchas cosas que nos alcanzan a todos. Allí, por ejemplo, alguien propuso incrementar la jornada laboral a 65 horas semanales. Europa, concretamente el Banco Central Europeo, fija los tipos de interés que marca nuestras hipotecas. Por tanto no podemos dejar pasar la oportunidad de que en el parlamento europeo nos representen aquellos que velan por nuestros intereses, aquellos que nos representan de verdad.
Es en Europa donde se moverán las piezas principales del puzzle que formará el modelo económico post-crisis, y de ésta crisis hay que salir ganando. Ganando protección social, ganando garantías laborales, ganando modelos sostenibles y justos de mercado, ganando control estatal frente a inversores-especuladores sin escrúpulos, y, para eso, debemos apartar del parlamento a aquellos que bajan impuestos a las fortunas, a los que liberalizan el mercado hasta el punto de permitir especular a bancos e inversores con productos de primera necesidad. Tenemos que decirle a nuestros representantes que de la crisis no se va a salir dando dinero a los bancos para que vuelvan a cometer las mismas tropelías que nos metieron en ella.
Por eso, el día 7 de Julio, yo me acercaré al colegio electoral a ejercer mi derecho a decidir quien me representa. Haciendo uso del voto útil, que es aquel que doy a quien me representa, a quien está del lado del obrero que madruga cada día. El próximo 7J, mi voto irá para Willy Meyer.
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